Los pioneros de las renovables (II)

Como mencionaba al finalizar mi anterior post, la construcción de la primera gran central hidroeléctrica de Catalunya no hubiera sido posible sin el esfuerzo humano de miles de trabajadores que, con escasos medios técnicos, tuvieron que enfrentarse a las dificultades de la orografía y del emplazamiento de las obras, a 2.000 metros de altura, y soportar condiciones climatológicas durísimas, con temperaturas en invierno de hasta 30º bajo cero.

De los muchos trabajadores que se unieron a los del Pallars o comarcas cercanas (pocos, conocían perfectamente la dureza del clima y precarierad que se iban a encontrar), una minoría provenía de Suiza, Francia e Italia, países que contaban con experiencia en la construcción de centrales como la de Capdella, y que ocuparon puestos como técnicos y jefes de obra. Los más de 4.000 obreros que participaron en la ejecución del proyecto procedían de toda la geografía del Estado Español, principalmente de Murcia, Aragón y Andalucía, que se desplazaron hasta la Vall Fosca para poder trabajar y ganarse un jornal.

Durante los 23 meses que duraron las obras, un tiempo récord en aquella época (mi Ayuntamiento lleva 17 meses arreglando mi calle, y lo que queda…), las condiciones de vida de estos obreros fueron durísimas, viviendo en barracas construidas a pie de obra, sin ventilación ni las mínimas condiciones higiénicas, y bajo unas condiciones climatológicas extremas, especialmente en los campamentos situados cerca de los lagos. Trabajaban los 7 días de la semana 13 horas diarias, con unas técnicas y herramientas que nada tienen que ver con las actuales. Como ejemplo, para conectar entre si los lagos tuvieron que excavar en terreno rocoso 15 km de galerías subterráneas a pico y pala. El sufrimiento y malestar de los obreros acabó desembocando en una huelga de dos días en junio de 1913, en la que los trabajadores pidieron mejoras en el alojamiento y alimentación, dos mantas más, asistencia médica gratuita, un aumento del salario del 15% y hacer fiesta el domingo por la tarde. No lo obtuvieron todo, pero algo consiguieron.

Finalmente, el 28 de enero de 1914 se puso en funcionamiento la central hidroeléctrica de Capdella. Al finalizar las obras ningún trabajador foráneo se quedó a vivir en el valle, sino que se desplazaron para trabajar en las obras de otras centrales que se comenzaron a construir por las comarcas pirenaicas, tres de ellas en la misma Vall Fosca. Las precarias instalaciones de los barracones se transformaron en un lujoso pueblo con viviendas, hospital, escuela, comercios, pistas de tenis, …, dando paso a una colonia industrial que albergó a más de 60 trabajadores con sus respectivas familias, todos ellos vecinos del valle. Actualmente, la central de Capdella sigue en funcionamiento, produciendo anualmente 61 millones de kWh, y es una de las muchas atracciones turísticas del Pirineo Catalán.

Os recomiendo que visitéis la zona, en la que podréis disfrutar del teleférico que se construyó durante las obras para subir el material hasta la zona de los lagos, y que hoy permite a los visitantes salvar un desnivel de 450 metros y acceder cómodamente al espectacular paraje de los lagos; recorrer la vía verde del Carrilet (vía de un trenecito), que se construyó para el transporte de material entre los lagos; o visitar lo que queda de la colonia industrial, la central y su museo, de cuyas publicaciones he extraído gran parte de la información y datos que he utilizado en la elaboración de este post.

Autor: Carles Carreras Liébanas, consultor y auditor freelance especializado en energía, sostenibilidad y sistemas de gestión / c.carreras@enersystems.es / enersystems.es

Un comentario en “Los pioneros de las renovables (II)

  1. El teleférico es muy posterior, de 1989, cuando se construyó la central de Sallente, una central reversible que aprovecha el agua de Estany Gento cuando hay demanda de producción eléctrica y la devuelve, mediante bombeo desde Sallente, cuando hay excedente en la red.

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