El ejercicio de la consultoría requiere, además de un profundo conocimiento y experiencia en las áreas de especialización que se ofrecen, una alta capacidad para establecer relaciones de transparencia y confianza con el cliente, de comunicación para entender y hacerse entender, y de adaptación a la gran diversidad de actividades y negocios en que se interviene, así como visión estratégica, objetividad, flexibilidad y un espíritu pragmático.

A lo largo de 20 años de trayectoria profesional en diversas empresas de ingeniería y  grandes organizaciones, como AGBAR, pude desarrollar todas estas competencias imprescindibles para ser un buen consultor, y descubrir que mi mayor vocación era la de compartir mis conocimientos, experiencia y habilidades para ayudar a otras organizaciones en la mejora de su gestión.

Tras especializarme en ámbitos tan diversos como los de diseño, gestión de proyectos, sistemas de información, gestión de la calidad y medioambiental, compras y logística, en 2010 decidí introducirme en el mundo de la sostenibilidad y la eficiencia energética y dedicarme al ejercicio de la consultoría como freelance en aquello que realmente me llena y motiva.

Son muchas las satisfacciones que he tenido desde que decidí dar este importante salto en mi carrera profesional: he disfrutado de mi trabajo sin importarme las largas e intensas jornadas de trabajo que tenía que dedicar, he conocido grandes profesionales de los que he aprendido mucho, y he tenido la oportunidad de participar en proyectos innovadores que están contribuyendo, en mayor o menor medida, a que vivamos en un mundo más sostenible.